¿QUE PRUEBAS TENEMOS DE QUE DIOS

NO HA QUERIDO LA MUERTE?

 
     

 

La prueba de que Dios no ha querido nuestra muerte es que, después de la ruptura de la relación de confianza en Dios que "suponía" la vida eterna, Dios no se consoló de la pérdida del hombre. Por el perdón, viene en ayuda del hombre, le recrea, le hace "bueno" de nuevo, y le da la posibilidad de obtener la vida eterna después de la muerte. Una vida eterna de felicidad con El. Este perdón, esta vida nueva, Dios nos la viene a dar a través de su Hijo, Dios hecho hombre, Jesucristo. Jesucristo, aceptando la muerte va a "conjurar" el fatalismo de la muerte. La muerte no podía retener a Dios: Jesucristo resucitado abre de nuevo las puertas de la vida eterna a todos los hombres.

El Evangelio es el anuncio de esta buena noticia: Dios quiere la vida, no la muerte del hombre; la resurrección de Jesucristo es la promesa de nuestra resurrección. Pero nos hace pasar primero por la muerte antes de tener la vida eterna.

"Si nos hemos hecho una misma cosa con Cristo (por el bautismo y el perdón de los pecados), por una muerte semejante a la suya, también lo seremos por una resurrección semejante" (Epístola a los romanos, cap 6, v. 5). Recordemos que la primera persona que se benefició con Jesús de este perdón y de esta resurrección fue el "buen ladrón", uno de los bandidos crucificados a su lado, y a quien le prometió: "En verdad, te lo digo, hoy estarás conmigo en el Paraíso".

 

Hay un Cielo

Mi marido fue hospitalizado por tercera vez en tres meses, agotado por una poliartritis a la que añadieron otros males. Dos días antes de su muerte, se despertó y me dijo claramente (cuando ya casi no hablaba y cuando lo hacía casi no se le oía): "Hay un Cielo". Como me sorprendió su certeza, le respondí: " ¿Dices que hay un Cielo?" "Sí, ¡estoy seguro!", exclamó. Fueron sus últimas palabras.

Un día, yo conté esto a una amiga que me contó que su marido, saliendo de un coma, había dicho: " ¡Qué bueno es Dios!"

Anónimo


Copyright © AVM 1997-2003. Todo derecho reservado. - ¡nos escríba nos!